Por Leonardo Wagner (*),

Director Ejecutivo del Parque Industrial La Bernalesa

En la edición anterior de este news informativo compartimos nuestra experiencia sobre la implementación del Teletrabajo y cómo hemos activado esta nueva modalidad en el Parque Industrial, a raíz del aislamiento social preventivo y obligatorio establecido por la pandemia del COVID-19.

Pero hoy nos interesa generar debate sobre una problemática en torno a este tema: la pérdida de empleo por la aplicación de soluciones tecnológicas que sustituyen a las personas. En lo personal estoy convencido de que la crisis desatada por el COVID-19 actuará como acelerador de la incorporación de soluciones tecnológicas que sustituyen trabajadores.

Pero, ¿qué papel juegan las organizaciones gremiales en esta instancia? Es fundamental plantear el debate y proponer acciones tendientes a evitar que la tecnología convierta a los trabajadores en “chatarra humana”, es decir, personas no empleables.

Hoy la operación logística y gestión de almacenes a escala está totalmente automatizada, es decir, los robots reemplazaron a las personas. Y hay estudios recientes que concluyen que, aunque es cierto que las tecnologías de automatización sustituirán a los humanos en un 16% de los empleos, también conllevarán, como consecuencia de su uso, la creación de un 9% de nuevos puestos; porcentaje igualmente insuficiente para converger hacia un sistema de mayor empleo.

Los ensayos disponibles coinciden también en que los trabajadores que se desempeñan en tareas rutinarias fueron siendo sustituidos por máquinas debido a la rápida reducción en el precio de la tecnología. Por eso, estos trabajadores pasaron hacia el área de los servicios, en donde es más difícil su reemplazo y hay más oportunidades de empleo.

La revolución digital, entonces, ha llegado y está revolucionando el mercado laboral, ya que todas estas innovaciones (tecnologías de automatización, biotecnología, digitalización e inteligencia artificial) permiten realizar las mismas tareas, con un número mucho más reducido de trabajadores y un enorme crecimiento de la productividad. De la misma manera que la cadena de montaje (que caracterizó a la revolución industrial) produjo a la clase trabajadora; la robótica y la inteligencia artificial (la llamada revolución digital) están creando el precariado (*)

El trabajador con contrato fijo, estable y que trabaja siempre para el mismo empresario está dejando de existir. En su lugar, el tipo de trabajo más frecuente será el del contrato precario, corto, inestable, variable; en una rotación continua. Y que dependerá de varios empleadores con los cuales se firmará un contrato a nivel individual y no colectivo. Serán trabajadores con escasos poderes y pocos derechos sociales, laborales y políticos.

En este sentido, las agrupaciones gremiales no han encontrado respuestas aún que permitan generar una solución a estos procesos de segregación de trabajadores a manos de la incorporación tecnologíca.

Los gremios deberán invertir tiempo y esfuerzo para formar a los trabajadores en el uso de herramientas digitales, primero seleccionando cuáles son los procesos susceptibles de ser implantados a mediano y largo plazo, y luego definiendo las competencias que tendrán las nuevas áreas de operación de estas herramientas a incorporar.

La acción gremial de barricada, paulatinamente deberá ceder frente a la planificación gremial de avanzada, para generar un sano equilibrio entre la tecnología y las personas.

Entonces, las asociaciones sindicales están obligadas a encontrar alternativas a los mecanismos de protesta clásicos empleados, tales como lo son las medidas de acción directa, paros, huelgas o movilizaciones, y trabajar seriamente en la creación de operación de re conversión sistémica de aquellos trabajadores excluídos por la progresiva incorporación inexorable de la tecnología.

Si bien, cuando ocurran estos cambios, las personas seguiremos a cargo de actividades que involucren comunicación, creatividad y adaptación, no debemos menospreciar la velocidad en la que suceden estas transformaciones, para así continuar trabajando en la forma en que se abordarán. A veces lo que parece estar muy lejano, en realidad se encuentra cada vez más cerca.

(*)Leonardo Wagner es abogado, MBA, Director Ejecutivo PILB, Director Legal de Valot SA, Vicepresidente de la Unión Industrial de Quilmes, integrante UIPBA, asesor de empresas y emprendedor.

(**)Vicenç Navarro Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía. Universidad de Barcelona https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/07/12/la-falacia-del-futuro-sin-trabajo-y-de-la-revolucion-digital-como-causa-del-precariado/

Quilmes, Mayo de 2020.