Por Leonardo Wagner (*)
Director Ejecutivo del Parque Industrial La Bernalesa
El coronavirus tiene un denominador común en todas las personas, que es el miedo que genera; una emoción provocada por la percepción de un peligro. Una emoción que, dentro de las organizaciones, necesariamente se debe gerenciar. Y esto nos lleva a preguntarnos cómo será el liderazgo post pandemia.
Miedo e inteligencia emocional van de la mano, ya que el miedo es una emoción y la inteligencia emocional, un concepto multidimensional, el cual refiere a la capacidad de controlar, percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y la de los demás, para poder discriminar y utilizar esta información para guiar nuestros pensamientos y acciones.
Dentro de una organización hay que prestar atención y trabajar principalmente estos aspectos que detallo a continuación; son habilidades que necesariamente se deberán acentuar post pandemia permitiéndonos perfilar a las personas que se destacarán en el futuro inmediato en las empresas:
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Percepción y conocimiento de las emociones: tener la capacidad para identificar y diferenciar las propias emociones y las de los demás y reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece.
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Uso de la emoción como facilitadora del pensamiento: identificación correcta de las emociones para facilitar las actividades cognitivas y dirigir la atención a la información importante.
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Comprensión y análisis de las emociones: Habilidad para distinguir las diferentes emociones y reconocer las relaciones entre la palabra y el propio significado de la emoción (por ejemplo, el miedo a enfermarse o que se infecte un ser querido, la tristeza puede ser resultado de una pérdida, la alegría puede derivarse de la consecución de un objetivo) Reconocer las transiciones que conllevan las emociones por ejemplo, el miedo puede llevar a la desesperación y ésta puede conducir a la devastación.
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Regulación y autocontrol de las emociones: mediante la toma de conciencia y el autocontrol, que nos permite no dejarnos llevar por nuestras propias emociones y cómo éstas nos afectan. Por ejemplo, poder de tranquilizarse a uno mismo, desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exagerada y de las consecuencias que acarrea.
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Capacidad de motivarse: Es dirigir las emociones hacia un objetivo, fijando nuestra atención en las metas en lugar de en los obstáculos.
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Reconocimiento de las emociones ajenas: Como sinónimo de empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional. Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás.
¿Un líder que tenga estas características será capaz de llevar adelante cualquier tipo de organización? Veamos….
Existen tres formas de gestión:
Management 1.0: Aun hoy, la práctica más común es que las organizaciones gestionen, o lo intenten, a sus trabajadores como máquinas: supervisión, control de horarios, sistemas de fichar, miedo, horas, salir el último como prueba de valentía, etc.
Management 2.0: nuevo paradigma de organización en el cual priman los valores de colaboración y participación, comunicación transparente, conocimiento abierto, flexibilidad, agilidad e innovación, entre otros.
Management 3.0: es una cultura de gestión empresarial focalizada en conseguir entornos de trabajo que prioricen la felicidad de los empleados y su desarrollo.
Cada empresario o dueño sabe con qué tipo de management se identifica. Lo cierto es que las organizaciones que se engloban dentro del management 1.0 se verán con muchas más dificultades de sobrellevar los efectos de estas crisis (o de cualquier otra), ya que más temprano que tarde se perderán talentos, que migrarán hacia otras organizaciones.
Liderar, entendido como la acción de influir por parte de una persona para que los trabajadores de una empresa participen de forma activa, positiva y con entusiasmo, será a través de la solidaridad y la empatía con los “miedos” de todos los miembros de la organización:
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se deberá liderar en principio a uno mismo
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serán necesarios equipo de buen nivel
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se ejercerá en entornos de confianza, no de control.
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la comunicación efectiva será el factor multiplicador de la eficiencia.
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primará el reto, ya que el desafío motiva.
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Post Coronavirus, la palanca transformadora será la tecnología. Los reglamentos y protocolos, que no son más que orden en los procesos, pasarán a ser las vedettes posterior a la pandemia. No por nada las culturas más apegadas al orden, como Alemania y Corea, tuvieron mejores performances. Por último, y lo más importante, las personas optarán por las organizaciones alineadas al management 2.0 y 3.0 para trabajar, ya que son las más amigables con el medio ambiente, las que trabajan RSE y que empoderan a sus miembros en la toma de decisiones. En síntesis, en las organizaciones deberemos, como líderes, gerenciar el miedo como lo hacemos con los niños, mediante la comunicación efectiva.
(*)Leonardo Wagner es abogado, MBA, Director Ejecutivo PILB, Director Legal de Valot SA, Vicepresidente de la Unión Industrial de Quilmes, integrante UIPBA, asesor de empresas y emprendedor.
Quilmes, Junio de 2020